Seis años de soledad

Se conmemoran por estos días seis años de la muerte de Gabriel García Márquez, el más grande de todos. ¿Y qué es lo que más vemos en la prensa? Anécdotas: el día en que Gabo cantó no sé qué  canción, el día en que Gabo le dijo no sé qué a quién, el día en que Gabo se puso no sé qué vestido, y el día en que conocí a Gabo. ¿Cómo así que Gabo? Así le decían sus amigos y su familia, no más. García Márquez nos enseñó muchas cosas. Una de las  principales de ellas, a mi parecer, la de ser lectores. Aparte de Borges, no puedo pensar en otro lector más agradecido y más generoso que García Márquez. ¡Con qué precisión señalaba lo particular de Virginia Woolf o de Cepeda Samudio! ¡Con qué lucidez indicaba lo que se puede aprender de la escritura en Rabelais o en Kafka!, como para que ahora lo destacable sea su vida social. ¿Quieren homenajear a García Márquez de verdad? Léanlo en la soledad y en el silencio de su casa, comenten su obra con inteligencia, recomienden a los escritores que él recomendaba.