Máquinas de sufrimiento, ¡oh!, programadas para buscar aprobación, se estrellan todo el tiempo, ¡ay!, contra máquinas de deseo, programadas para oír que ganaron. Son y no son las mismas máquinas. Y no son clones.
Máquinas de sufrimiento, ¡oh!, programadas para buscar aprobación, se estrellan todo el tiempo, ¡ay!, contra máquinas de deseo, programadas para oír que ganaron. Son y no son las mismas máquinas. Y no son clones.