No entiendo el entusiasmo de la gente con esas exposiciones dizque “de inmersión”, como la de Van Gogh, que hubo hace un par de años. Proyectan las pinturas en las paredes y en el suelo con proyectores de alta calidad –una luz demasiado potente– y se supone que uno está dentro del cuadro. ¿Pero es que nunca han visto un cuadro de verdad? ¿Un van Gogh, o cualquiera? Y no solo me refiero a ver los originales, aunque es lo ideal; en internet pueden ver fotos fijas de los cuadros en alta resolución. El pobre y feliz Van Gogh matándose para condensar en un lienzo de 90 y 70 toda la fuerza de la vida con unas pinceladas prodigiosas, como para que estos tarados sin imaginación nos digan que ver «La noche estrellada» proyectada en una pared es “meterse en el cuadro”.