Puedo perfectamente sentirme dichoso por la vida que tengo –que me he armado y que me ha sido dada– y, unos minutos después, tener el impulso de acabar con ella por lo infeliz que soy.
Puedo perfectamente sentirme dichoso por la vida que tengo –que me he armado y que me ha sido dada– y, unos minutos después, tener el impulso de acabar con ella por lo infeliz que soy.