El otro*

Llego de dar clases y porque estoy triste, irritable o eufórico, hago café y no lavo la cafetera, me preparo algo de comer y no lavo las ollas ni los platos, me siento en el sofá a leer y leo muchas cosas: un libro, un periódico y una revista, que dejo abiertos sobre el sofá, al lado de una manta sin doblar. A la hora de irme a acostar llevo chocolates a la habitación, me quito la ropa del día, la tiro al suelo y me meto en la cama a ver una serie. Dejo las envolturas de los chocolates sobre la mesa de noche y la ropa en el suelo. Me duermo y duermo pesadamente porque tomo somníferos. Al día siguiente me levanto a trabajar y veo el desorden del día anterior, pero tengo que correr a clase, así que me propongo ordenar por la tarde. Cuando vuelvo del trabajo, veo el desorden y me enfurezco. ¡Ese no soy yo, es el otro!, me digo, así que lavo la cafetera y los platos, recojo los libros y el periódico del sofá, doblo la cobija, guardo la ropa y tiro las envolturas de chocolate. Barro y aspiro meticulosamente mientras que me prometo tener la casa limpia siempre. Hasta la próxima vez.

*A.C. (Antes de Covid19)