De lo que más me gusta es fumar y los de las aeronáuticas son los únicos que parecen comprender lo que significa la adicción a la nicotina. En los aviones hay un cuadernillo en el que advierten que está prohibido fumar en el vuelo y las azafatas lo dicen en sus anuncios del despegue. Como si eso no bastara, aclaran que la prohibición incluye también a los cigarrillos electrónicos y en los baños advierten que no se puede tratar de alterar el detector de humo: hacerlo es un delito punible que trae también una multa cuantiosa. No, no se puede fumar cigarrillo, tampoco cigarrillos electrónicos, en el baño tampoco y si pretende hacerlo y para ello alteraría el detector, eso también está prohibido. Esa claridad del mensaje y esa reiteración hacen que me conforme aunque sea un vuelo de muchas horas. Más que intimidarme las sanciones, es la comprensión de sus redactores lo que me disuade. Me parece una forma de la empatía.