Vivo ansioso, acezante, pendiente de lo que hagan mis amigas humanas. Por eso sufro feliz. Si me dan comida –casi que cualquier cosa– puedo comer sin parar. Me gusta dormir durante el día, pero sin dejar de estar vigilante, y si se acercan mucho a ellas, ladro, aunque preferiría no meterme en una trifulca porque puedo salir chillando. Prefiero jugar. Soy un perro que se viste, habla, trabaja, razona y escribe estas cosas.