Hago una carrera política meteórica que me lleva a lanzarme a la Presidencia. Mis asesores de campaña me urgen para que defina un programa de gobierno claro y atrayente. Me voy solo a un retiro de tres días a una cabaña a la orilla de un lago remoto. Allá ayuno, medito y camino. Al regresar, tengo mi proyecto claro: “Quiero que todo el mundo en el país coma y duerma bien”. Ese es mi programa de gobierno. Mis asesores me felicitan por mi genialidad porque entienden que mi propuesta lo sintetiza todo: para conseguir que una persona coma y duerma bien tiene que tener asegurados todos sus derechos y tener además una conciencia limpia. ¡Garantizar eso, exclamo en el primer mitin, será la tarea de mi gobierno! Gano.
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